jueves, 28 de agosto de 2008

La guerra de Afganistán

La guerra de Afganistán


Primera guerra de Afganistán:
Ante el temor a que la esfera rusa de influencia se extendiera a las fronteras indias, el gobernador general británico en la India, George Eden, conde de Auckland, se presentó a Dost Muhammad con un ultimátum que solicitaba la expulsión de un delegado ruso en Kabul. Rechazados los requerimientos británicos, en marzo de 1838 el ejército angloindio invadió Afganistán, desencadenando la Primera Guerra Afgana (1838-1842). Al encontrar una oposición poco efectiva, los invasores capturaron Kandahār en abril de 1839 y Ghazni en julio. Cuando Kabul cayó en agosto, Shah Shuja, un nieto de Ahmad Sha, se instaló en el trono afgano en lugar de Dost Muhammad, que él mismo entregó a los británicos.
El 2 de noviembre de 1841, Akbar Kan, un hijo de Dost Muhammad, encabezó con éxito un levantamiento contra Shah Shuja y las guarniciones afgano-indias del país. Una expedición de castigo angloindia reforzó las guarniciones durante un breve periodo, pero en diciembre de 1842 los británicos hubieron de abandonar finalmente el país. Dost Muhammad fue entonces liberado de su encarcelamiento y recobró su trono.
Las relaciones entre Afganistán y los británicos continuaron tensas hasta 1855, momento en que Dost Muhammad determinó un acuerdo de paz con el gobernador de la India.
Segunda Guerra afgana
La lucha fratricida entre los hijos del emir llevó al país a agitaciones durante más de una década tras su muerte en 1863. Shere Alí Kan, su tercer hijo y sucesor, despertó la enemistad de los británicos al adoptar una política amigable hacia Rusia en 1878. Al rechazar un segundo ultimátum, en noviembre de 1878 las fuerzas angloindias de nuevo invadieron Afganistán. En el curso del conflicto resultante, conocido como la Segunda Guerra afgana (1878-1879), los afganos sufrieron varios cambios. Kabul fue ocupada en octubre de 1879; Yakub Kan, hijo de Shere Alí, que había ocupado el trono en marzo del año anterior, fue forzado a abdicar y, en 1880, Abd al-Rahman Kan, nieto de Dost Muhammad, se instaló en el trono.

Calentamiento global
Aumento de la temperatura de la Tierra debido al uso de combustibles fósiles y a otros procesos industriales que llevan a una acumulación de gases invernadero (dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y clorofluorocarbonos) en la atmósfera. Desde 1896 se sabe que el dióxido de carbono ayuda a impedir que los rayos infrarrojos escapen al espacio, lo que hace que se mantenga una temperatura relativamente cálida en nuestro planeta (efecto invernadero). Sin embargo, el incremento de los niveles de dióxido de carbono puede provocar un aumento de la temperatura global, lo que podría originar importantes cambios climáticos con graves implicaciones para la productividad agrícola.
En enero de 2001 la Comisión Intergubernamental de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Cambio Climático presentó un informe en el que se ponía de manifiesto que la temperatura media de la Tierra había aumentado 0,6 grados en el siglo XX. Asimismo este informe prevé que la temperatura media del planeta subirá entre 1,4 y 5,8 ºC entre 1990 y 2100. Este aumento provocará cambios en el nivel del mar (desde finales de la década de 1960 ha crecido entre 0,1 y 0,2 m y aumentará entre 0,09 y 0,88 m entre 1990 y 2100), disminución de la cubierta de hielo y nieve (desde finales de la década de 1960 ha disminuido un 10%) y aumento de la temperatura media de los océanos.
Algunos científicos han planteado que este incremento en la temperatura podría ser sólo parte de una fluctuación natural. Sin embargo, este último informe de la ONU pone de manifiesto que la actividad humana contribuye sustancialmente a este cambio climático. El calentamiento de la superficie terrestre parece deberse, principalmente, al aumento de la concentración de gases de efecto invernadero (como el dióxido de carbono) en la atmósfera.

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